Este monasterio es muy popular por el enorme Buda reclinado que guarda en una de sus salas, si bien merece la pena dedicar un tiempo para pasear por todo el recinto.
Cuenta con una extensa colección de figuras de Buda y numerosas estupas, monumentos funerarios budistas también denominados chedis.
El Wat Pho es un magnífico ejemplo de monasterio real y un reconocido centro de estudios y de enseñanza del masaje tradicional tailandés.
Horario: 08h00 – 17h00
Entrada: 100 baht
El monasterio de Wat Pho está situado en el distrito de Rattanakosin, junto al Gran Palacio, y es uno de los más bonitos y mejor conservados de todo Tailandia.
Su nombre completo es WAT PHRA CHETTUPHON WIMON MANGKHLARAM RATCHAWORAMAHAWIHAN.
Las estructuras más antiguas ya existían en los tiempos de Ayutthaya, no obstante fue en el período de Thonburi, a finales del siglo XVIII, cuando el templo alcanzó el estatus de monasterio real.
En los dos últimos siglos ha sido restaurado y ampliado en varias ocasiones por reyes de la dinastía Chakri. De hecho, de las casi cien estupas que alberga, las más famosas son las que conmemoran los cuatro primeros reinados de dicha dinastía.
En uno de los vihan encontrará el famoso Buda reclinado gigante, que ocupa prácticamente todo el espacio de la sala. Mide 46 metros de largo por 15 de alto.
Además del tamaño, vamos a fijar la atención en tres aspectos: la posición, su rostro y las plantas de los pies.
La posición representa el momento en el que Buda transita hacia la muerte, recostado sobre su hombro derecho, para alcanzar definitivamente el nirvana.
Su rostro nos muestra una persona con los ojos entreabiertos absolutamente serena que, libre de cualquier temor, espera apaciblemente la muerte después de haber obtenido la iluminación.
En cuanto a las plantas de los pies, una serie de incrustaciones de nácar las embellecen y describen los 108 signos que caracterizan a quien una vez iluminado se convierte en Buda.
En la misma sala encontraremos una larga fila de 108 cuencos de bronce en los que depositar monedas.
Es habitual que los monasterios cuenten con el patrocinio de la realeza o de personas adineradas, pero es la comunidad en general la que debe hacerse cargo del sostenimiento de las instalaciones y de los monjes. Por este motivo verás que permanentemente solicitan donativos a quienes visitan sus templos.
Junto al vihan que cobija el buda reclinado hay un pequeño jardín con un árbol bodhi que quizá sea descendiente directo de aquel bajo el que Buda meditó hasta alcanzar la iluminación, en la India, hace unos 2.500 años.
El recinto cuenta además con cinco ‘vihan’ o salones de actos y un ubosot central que guarda la imagen principal de Buda, llamada Phra Tang Pha Thip. Está elaborada en el estilo artístico de Ayutthaya y su postura es la de la meditación.
La visita al Wat Pho te llevará menos de una hora y es probable que encuentres cierta congestión en los accesos al vihan en el que se encuentra el Buda reclinado gigante.
Hay muchas áreas dentro del sitio donde puedes protegerte del sol, así como servicios para los visitantes, como masajes tailandeses o adivinación del futuro con las palmas de las manos.
Cualquier momento del día es adecuado para la visita.