Este famoso monasterio es uno de los monumentos clásicos de Bangkok por su belleza y singularidad, razón por la que suele utilizarse como reclamo turístico en la promoción de la ciudad.
Situado a orillas del río Chao Phraya, frente al Wat Pho, su perfil es inconfundible.
Ya no es posible subir al piso intermedio del prang central. Aún así merece la pena una visita. No obstante, es importante evitar las horas centrales y acercarse bien muy a primera hora o bien a partir de las 16h00.
Horario: 08h00 – 17h30
Entrada: 50 baht
Para acceder al templo dispones del Chao Phraya Express o un barco lanzadera en la orilla opuesta.
El wat Arun es un templo budista de una belleza soberbia y un reto para quienes padecen de vértigo.
Su figura estilizada y el reflejo de la luz en las piezas de cerámica que lo decoran hacen que destaque en la distancia sobre el río Chao Praya, en la orilla de Thonburi.
El recinto cuenta con un monasterio que ya existía en los tiempos de Ayyhutaya, pero lo realmente interesante es el conjunto de estructuras arquitectónicas denominadas prang.
Los prang son construcciones que reproducen el diseño característico de la arquitectura Jemer en los templos de Angkor, de donde se importó el estilo.
Representaban inicialmente el monte sagrado Meru, centro simbólico del universo hindú. Frente a la estupa de forma acampanada, el prang se parece más a un pepino o una mazorca de maiz, dicho con todo el respeto.
Hay cuatro en las esquinas y uno central.
Un ejemplo más de la permanente influencia de la cultura India en el sudeste asiático.
En la simbología budista cambia su significado, ahora ya no es la residencia de Shiva ni de Vishnu.
Un día llegas a Bangkok y entonces empiezas a ver cosas chocantes. Entender qué son y qué ocurre hará que tu viaje sea mucho más divertido 😁
En el Wat Arun el prang central tiene tres niveles, la base representa el mundo de la existencia en el que reina la confusión de las apariencias, el nivel intermedio a aquel en el que se extinguen los deseos y el nivel superior simboliza la nueva dimensión en la que se alcanza finalmente la felicidad intemporal.
La torre central se eleva hasta los 79 metros de altura y la vista de la ciudad desde el nivel máximo accesible para el visitante es excepcional.
Esta circunstancia y el hecho de que sea una visita al aire libre, hacen recomendable evitar el mediodía y aprovechar las primeras horas de la mañana, nada más abrirse al público, o bien acudir por la tarde justo antes de que lo cierren (alrededor de las 4 pm).
En la visita no te pierdas el hermoso ‘ubosot‘, junto a los prangs.